Eran épocas antiguas: principios de los 90's.
Las que las Turtugas Ninja eran la mera onda entre el Araño y los demás chiquillos que estaban en la primaria, el Araño incluo tenía sus gomas de las tortugas, que por cierto no borraban, esparcían más la mancha y además se desmadraban a la segunda borrada y ya a los 3 días el juego de 4 gomas convertía a la lapicera en un hospital veterninario plagado de tortugas degolladas, partidas por la mitad... o desmembradadas en el mejor de los casos.
También en aquella época (aunque probablemente también en el rpesente lo sigan haciendo dado que a los libros de la SEP sólo els cambian la portada para que se vean de más caché aunque el contenido sea la misma madre de siempre), en 2° año a toda la perrada le tocaba hacer un experimento muy sencillo que consistía en remojar una tortilla, ponerla entre 2 platos desechables, dejar todo el tiliche en un lugar oscuro y esperar 3 días...
Y después de 72 horas de angustiosa espera... ¡magiaaaaaaaaa! A tu tortilla le salían manchitas verdes, rojas y negras. El famosísimo moho de la tortilla hacía su aparición en nuestras infantiles vidas.
Pues resulta que en alguna ocasión, al Araño el pusieron una quesadilla para almorzar a la hora del recreo (¿Hora del recreo? Si nada más era media hora...). Él estaba más que seguro de que había echado la quesadilla con todo y bolsita a su mochila, pero por más que la buscaba en su mochila no la encontraba.
Ese día se quedó con hambre, porque la Sor Juana y el Madero que le daban no le alcanzaban para comprar en la cooperativa tantas porquerías como para llenarse, pero el caso es que sobrevivió.
Unas 3 semanas después, ayudándole a un amigo que era un completo asno a hacer la tarea en presencia de las mamáceses de ambos, al Araño se le cayó una de sus gomas de Tortuga Ninja por un costado de la mochila y se fue hasta el fondo.
Al intentar sacarla tocó algo raro... un material que no correspondía a cualquier cosa que normalmente se lkleva en una mochila.
¿Adivinan qué era?
Oh, sí... era la quesadilla dentro de su bolsita, con servilleta y toda la onda... ¡pero atascada de moho a más no poder! Tanto moho que hasta se le pegó a la servilleta.
Desde ese día, ante tal contacto con un descubrimiento científico tan churrero como lo fue la penicilina, el Araño decidió convertirse en el siguiente Fleming... o al menos a poner algo de atención para no extraviar comida entre el mar de libros y libretas que llevaba a la escuela.
Kgado!
ResponderBorrarJajajaja
ResponderBorrarAy q recuerdos con las Tortugas Ninja...
Como se ve que no aseabas tu mochila con regularidad XD
hola1
ResponderBorrarpasando a saludar ..... muchas ganas en sus clases profe.
adios!
Papazorro, conectate no? sirempre que conversamos en msn acabo empapada...
ResponderBorrarde tus conocimientos.