- ¿Qué tiene de malo la fecha?
- Si supieras...
- ¿Qué? A ver...
- Nada. Al rato
- No mames. A ver, ¿más o menos de qué se trata?
- Cosas del destino.
- Ahh... supongo que te pasó algo malo un día como hoy de hace "equis" años, ¿no es así?
- Exacto
- Okas. Pues yo me siento de la chingada. Me duele la cabeza
- Eso se supera más facilmente
- Creo que se me bajó la pesión. Ahh, sí. No lo comparo, sólo te estoy platicando que me siento de la verga
- Ah
- Yo creo que lo más culero que me ha pasado en la vida fue cuando murió mi abuelita materna. Me consentia de niño. ¿Con eso sí se compara?
- Sí, maomenos
- Pues bueno.. no pienses mucho en ello, sólo te deprime y no puedes hacer nada al respecto
Lo malo es que cuando todos se la pasan recordándote que es el puñetero Día del Niño y con medio mundo haciéndole a la mamada preguntando que a qué horas va a empezar el festival es muy difícil dejar de pensar en ello... peor aún cuando la exnovia de tu megacarnal de la universidad se pone a hacerte un copy-paste de la reseña del Día del Niño sacada de alguna pirapágina. Así que mientras los demás se divierten, a ti no te queda nada más que tratar de poner buena cara ante el trago amargo que representan las malditas malas jugadas del destino que, aparentemente, se guarda "regalitos" de ese tamaño para las fechas especiales...