Durante las vacaciones de navidad en París y después de haberse besuqueado con “una”, “alguien” se puso a platicar con el Araño. [No, no fue el Araño el que se besuqueó con “una”, sino “alguien” quien se besuqueó con “una”]
- Arañitoooooo…
- ¿’ora qué, we?
- No mams… me cae que esa vieja se me hacía más buenota cuando la conocí en el “stage” en el DF
- Ah… ya empezaste a sufrir del Síndrome del Ingeniero Inverso. No te preocupes, es normal.
- ¿Síndrome de qué?
- Del Ingeniero Inverso
- ¿Y eso cómo es?
- Te explico. Primero te cuento el Síndrome del Ingeniero, el normalito
- A ver…
- Pues mira, resulta que hay una teoría que yo considero cierta. Verás, en las facultades de ingeniería no hay muchas mujeres, y las pocas que hay por lo general son feas… pero feas con F de fundillo. Si consideramos el hecho de que los ingenieros no somos precisamente los tipos más amigueros del mundo, las posibilidades de conocer mujeres más allá de los 4 muros de la facultad de ingeniería es casi inexistente. Pues bien, si acabas la carrera quiere decir que te fumaste al menos 4 años y medio en la universidad, y la teoría dice que, después de todo ese tiempo, terminas “adaptándote” al entorno y tu… digamos… “instinto de reproducción” se modifica: las chavas que antes se te hacían horrorosas pasan a parecerte guapas. Técnica e inconscientemente terminas chutándole a lo que se mueva…
- ¡Ah, no mames! ¡Qué culero!
- S’eh, ya sé… está bastante sexista el asunto, pero por experiencia propia puedo decirte que es verdad
- Bueno… ¿y el inverso cómo es?
- Dejando la modestia a un lado, puedo decirte que ese síndrome lo acabo de inventar yo, y resulta mucho más fácil de comprender una vez que conoces el primero. Consiste básicamente en lo que te acaba de suceder: después de haber estado ya… ¿cuántos? ¿3 meses?... viendo a tantas chavas guapotas a diestra y siniestra que casi casi se te tuerce el pescuezo de tanto voltear, tu “estándar de calidad”, por decirlo así, sube. Es decir, las chavas que antes te parecían casi casi unas diosas de la belleza, ahora se te hacen de lo más equis, incluso te parecen feas.
- No-ma-mes…
- ¿Qué?
- ¡Que tienes toda la pinche razón del mundo!
- S’eh… y estoy tan seguro de estar padeciendo de ese síndrome que comienzo a creer que la teoría es más que cierta. Es más, ya casi se convierte en teorema.
- ¡En una de esas te andas ganando un Nobel, pinche Arañito!
El Araño les ofrece una disculpa a las mujeres si la entrada les pareció sexista y se sintieron agredidas, pero es lo que les está sucediendo a él y a los demás mexicanos en Francia.
Además, de qué le hacen, lo más seguro es que si se sintieron ofendidas es porque son feas,…¡jajajajaja!
Bueno… no se preocupen, el Araño las quiere mucho aunque estén feas… ¿verdad, Ñoña? [Ya estás poniendo un comentario ardilla, ¿verdad? ] ^^
Como quiera que sea… feliz día internacional de la mujer, independientemente de lo feas que estén ;)
Me reservare el comentario...hoy no tengo ganas de decir groserias! :P
ResponderBorrarPor cierto...gracias por la felicitacion tan emotiva!...(obvio, es sarcasmo!)
ResponderBorrarMe cae que te buscaré una clase en la facultad... "El síndrome del ingeniero y su inverso" igual y hasta escribes el libro con los pormenores... tal vez clasifique en el DSM-V, o en en el VI wey!
ResponderBorrarGracias por acordarte de nuestro día, hermoso. Me has hecho reír mucho. Saludos.
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