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viernes, 13 de diciembre de 2013

Problemas de a gratis

Hoy el Araño viene a quejarse de 4 cosas que le cagan:
- la gente que cambia de número sin avisar
- la gente que no contesta cuando estás marcando un número equivocado
- los maridos ultracelosos
- cuando estos 3 tipos de imbéciles se juntan en una misma situación y te metes en broncas de a gratis

La cosa estuvo así:
Hace un par de semanas un amigo del Araño organizó una fiestecita para oficializar la inauguración de su nuevo depa (casi 3 meses después de haberse mudado... ¡eres un haragáááááán, Mysterioooo!). Como su barrio es de esos donde roban, violan y matan -no necesariamente en ese orden- y todos se pierden, quedó en pasar al metro por aquellos que no tuvieran nave.

El Araño y un pendejo que llamaremos Don Pendejo, formaban parte del grupo de pobretones.
Quedaron de verse en Tacubaya a las 8:45... pero ya eran las 9:15, el señor Don Pendejo no llegaba y parecía no tener conexión en su WhatsApp, así que el Araño decidió llamarlo... pero según la operadora, ese número no existía.
El Araño recordaba que el señor Don pendejo había cambiado su número recientemente, y buscando en su listín telefónico encontró otro número, así que llamó...  4 veces... pero nadie contestó. "Ha de estar sordo el cabrón...", pensó el Araño.
Igual se dio cuenta de que el señor Don Pendejo aparecía con ese mismo número en el WhatsApp (o sea, aparecía 2 veces con números distintos) y le envió una de esas caritas con ojitos de "chale" (¬¬) pero tampoco contestó.

Fue hasta las 9:30 que el señor Don Pendejo tuvo la piiiiiinche decencia de finalmente aparecerse y, como de costumbre, le echó la culpa al metro por su retraso.

- A ver a qué hora...
- ¡Ay, es que el pinche metro viene bien lento!
- Sí, ajá... como digas... Te estuve llamando a ese número que usas con el WhatsApp pero la operadora me dice que no existe
- Ah, es que ese número me lo robaron pero lo sigo usando en el WhatsApp para más comodidad
- Ah, mira nomás... igual te marqué a este otro pero no me contestaste
- No chingues, no sonó
- Es este tu número?
- ...es que no me lo sé

Una hora después, ya en la fiesta, el Araño recibió una llamada de un número desconocido.
- Bueno?
- Sí, bueno? Quién habla?
- Ehm... nononono... tú me estás llamando, a quién buscas?
- Es que mi esposa tiene un mensaje tuyo
- Eh???!!!
- Sí, le mandaste un mensaje y varias llamadas tuyas
- No sé de qué me hablas (y si no me das el nombre de la susodicha, pues menos)

El Araño se quedó sacado de onda.
A los pocos minutos recibió oootra llamada, pero esta vez era de uno de los números de Don Pendejo.
- Wey... ¿Qué onda con esto? ¿Se está marcando tu cel solito o qué onda?
- A ver... no, no chingues, deja contesto.

El misterio fue revelado: resulta que ese número era de Don Pendejo hace mucho tiempo, pero de alguna manera lo perdió, el sistema de la compañía telefónica lo dio de baja y posteriormente se lo asignó a una vieja tarada, muda y sin dedos para escribir, que para acabarla de chingar está casada con un loco que ve infidelidades en mensajes cuyo contenido es una carita que hace así: ¬¬

Tan fácil que es contestar una pinnnnnnnnche llamada y decir "no, este número no es de esa persona, está equivocado".
Ojalá ardan en el infierno todos aquellos que tengan este maldito mal hábito.




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