(O como quien diría, pongámonos al día)
Sábado 15
Falta menos de una semana y lo único que el Araño tiene son los recuerditos que va a llevar y una maleta de campismo totalmente vacía. Apenas hace un par de días le pasaron el chisme de que necesita llevar una cartilla de vacunación para tramitar su Carte de Séjour. Ese día sólo pudo conseguir que le dieran la nueva cartilla de salud y que le pusieran la vacuna del tétanos. Habrá que esperar al lunes para que en el Seguro le pongan las demás. ¿Tendrá reacción la vacuna o no? De momento le importa un carajo, lo único importante es ir al estadio a echarse unas chelas en compañía de los cuates porque será el primer y último partido que podrá ver en vivo en toda la temporada. A partir de ahora tendrá que irse haciendo a la idea de tener que pasar 8 meses viendo partidos de la Champions League, la Copa UEFA y demás mamadas de equipos que a él le valen una chingada.
Perdió el Pachuca 2-1 contra el equipo del rancho de su señora, pero aún así fue uno de los partidos en los que más se ha divertido en su puerca vida.
Domingo 16
Las chelas de la noche anterior le pegaron duro. Son las 9 de la mañana y el Araño aún sigue sintiendo que está piloteando la famosa Cama Voladora. A ver el desfile, bañarse y a terminar de hacer la maleta para irse al pueblo.
La peda de los microbuseros debe haber estado buena, porque el Araño estuvo esperando más de 20 minutos para que pasara la micro, el Araño se salió de la casa cuando se acabó el desfile y antes de subirse a la micro vio pasar a los C-130 que venían desde México.
Nada relevante en el pueblo, lo único bueno es que su primo había ido en la mañana y le había llevado la maleta de rueditas que hacía falta. Una cosa menos para preocuparse.
Las chelas de la noche anterior le pegaron duro. Son las 9 de la mañana y el Araño aún sigue sintiendo que está piloteando la famosa Cama Voladora. A ver el desfile, bañarse y a terminar de hacer la maleta para irse al pueblo.
La peda de los microbuseros debe haber estado buena, porque el Araño estuvo esperando más de 20 minutos para que pasara la micro, el Araño se salió de la casa cuando se acabó el desfile y antes de subirse a la micro vio pasar a los C-130 que venían desde México.
Nada relevante en el pueblo, lo único bueno es que su primo había ido en la mañana y le había llevado la maleta de rueditas que hacía falta. Una cosa menos para preocuparse.
Lunes 17
Aún hay que ir a Pachuca a recogerlas cosas que quedan en la casa para llevarlas de regreso al pueblo para comenzar a hacer la selección de lo que va a Francia y de lo que se queda en México... también hay que ir al Seguro por las vacunas que faltan, pasar al Inverlat a recoger la tarjeta de la cuenta esa que abrió que le deja hacer retiros sin cobrar comisión en BNP Paribas y, por si fuera poco, hay que ir a instalar el programita de aplicación de encuestas a la filial esa de la Anáhuac para ver qué tan viciadas están las preguntas del cuestionario de valores.
A final de cuentas al Araño sólo le ponen la vacuna contra la Hepatitis B, instala el programilla en la universidad y no le da tiempo de ir al banco. Durante la noche empieza a empacar todas sus chunches. Después de un par de horas que parecían no tener fin, termina de recoger todo, sólo deja afuera lo que necesita para bañarse al día siguiente.
Aún hay que ir a Pachuca a recogerlas cosas que quedan en la casa para llevarlas de regreso al pueblo para comenzar a hacer la selección de lo que va a Francia y de lo que se queda en México... también hay que ir al Seguro por las vacunas que faltan, pasar al Inverlat a recoger la tarjeta de la cuenta esa que abrió que le deja hacer retiros sin cobrar comisión en BNP Paribas y, por si fuera poco, hay que ir a instalar el programita de aplicación de encuestas a la filial esa de la Anáhuac para ver qué tan viciadas están las preguntas del cuestionario de valores.
A final de cuentas al Araño sólo le ponen la vacuna contra la Hepatitis B, instala el programilla en la universidad y no le da tiempo de ir al banco. Durante la noche empieza a empacar todas sus chunches. Después de un par de horas que parecían no tener fin, termina de recoger todo, sólo deja afuera lo que necesita para bañarse al día siguiente.
Martes 18
Ahora sí, desde temprano hay que pasar a Inverlat a recoger la tarjeta. Desde antes le avisa al amigo de su amiga que lo ve a las 11:30 en Plaza Juárez. Él estuvo de asistente en Verdun el año anterior y tiene un celular activado en Francia que obviamente ya no va a utilizar. Pasan a asaltar el cajero y van a la casa del chavo para que le pase al Araño algo del material que utilizó.
Después de eso queda de verse con la Karen-cia frente a la Iglesia de San Francisco porque prometió llevarlo a probar unas enchiladas huastecas. Una pinche enchiladota y unas cheves después salen del restaurante con rumbo al Hospital General para que al Araño le sellaran la cartilla para comprobar que le habían puesto la vacuna de la Hepatitis B, pero los de vacunación ya no trabajaban a esa hora. Ni modo, habría que dejarlo así o volver el jueves.
Esa noche apenas si pudo dormir por culpa de la preocupación de las pinches maletas que seguían vacías.
Ahora sí, desde temprano hay que pasar a Inverlat a recoger la tarjeta. Desde antes le avisa al amigo de su amiga que lo ve a las 11:30 en Plaza Juárez. Él estuvo de asistente en Verdun el año anterior y tiene un celular activado en Francia que obviamente ya no va a utilizar. Pasan a asaltar el cajero y van a la casa del chavo para que le pase al Araño algo del material que utilizó.
Después de eso queda de verse con la Karen-cia frente a la Iglesia de San Francisco porque prometió llevarlo a probar unas enchiladas huastecas. Una pinche enchiladota y unas cheves después salen del restaurante con rumbo al Hospital General para que al Araño le sellaran la cartilla para comprobar que le habían puesto la vacuna de la Hepatitis B, pero los de vacunación ya no trabajaban a esa hora. Ni modo, habría que dejarlo así o volver el jueves.
Esa noche apenas si pudo dormir por culpa de la preocupación de las pinches maletas que seguían vacías.
Miércoles 19
El Araño se levantó bien temprano, llegó al pueblo a las 8 y empezó a armar sus maletas… 2 horas bastaron para acomodar el 85% de las pendejaditas que llevaría al viaje. De ahí había que ir a la óptica a revisarse y a comprar unos nuevos lentes porque los que tenía los había comprado 6 años atrás, cuando apenas había entrado a la carrera. Afortunadamente su graduación sigue siendo la misma, y sabiendo que los lentes estarían listos la tarde del día siguiente, se lanzó a Toluca a ver a su señora.
Pinche tráfico de mierda para entrar al DF por la México-Pachuca, pinche metro atascado por los mocosos que salen de las escuelas que están cerca de Balderas, puto tráfico para salir del DF por la México-Toluca… pero a final de cuentas llegó a tiempo.
Es horrible… es horrible… es horrible haber pasado casi un mes sin verla. Es horrible saber que esas 3 horas y media serán las últimas que la verás durante los siguientes 8 meses. Es horrible saber que ese abrazo y que ese beso serán los últimos durante los próximos 240 días. Es horrible verla perderse en la oscuridad y en la lejanía desde la ventana del autobús mientras agita la mano despidiéndose y luego se golpea suavemente el pecho con ambos puños en tanto que sus labios dibujan un “te amo” y de repente la imagen se torna borrosa sin saber si es a causa de la lluvia o de las lágrimas.
El Araño se levantó bien temprano, llegó al pueblo a las 8 y empezó a armar sus maletas… 2 horas bastaron para acomodar el 85% de las pendejaditas que llevaría al viaje. De ahí había que ir a la óptica a revisarse y a comprar unos nuevos lentes porque los que tenía los había comprado 6 años atrás, cuando apenas había entrado a la carrera. Afortunadamente su graduación sigue siendo la misma, y sabiendo que los lentes estarían listos la tarde del día siguiente, se lanzó a Toluca a ver a su señora.
Pinche tráfico de mierda para entrar al DF por la México-Pachuca, pinche metro atascado por los mocosos que salen de las escuelas que están cerca de Balderas, puto tráfico para salir del DF por la México-Toluca… pero a final de cuentas llegó a tiempo.
Es horrible… es horrible… es horrible haber pasado casi un mes sin verla. Es horrible saber que esas 3 horas y media serán las últimas que la verás durante los siguientes 8 meses. Es horrible saber que ese abrazo y que ese beso serán los últimos durante los próximos 240 días. Es horrible verla perderse en la oscuridad y en la lejanía desde la ventana del autobús mientras agita la mano despidiéndose y luego se golpea suavemente el pecho con ambos puños en tanto que sus labios dibujan un “te amo” y de repente la imagen se torna borrosa sin saber si es a causa de la lluvia o de las lágrimas.
Jueves 20
15 minutos del jueves y el Araño está parado a la entrada del pueblo. El autobús que pasa nos e detiene y no hay ni un solo taxi. Tendrá que caminar hasta su casa, con todo y que el camino está a un lado de la nada y los bichos rastreros y los anuales abundan en la región. Mamá se cae de la cama a las 5 de la mañana y después de eso el Araño no alcanza a retomar el sueño.
Ooooootra vez hay que ir a Pachuca. Hay que pasar a asaltar el puto HSBC para pasar la feria a la cuenta de Inverlat. Operación exitosa. Ahora es necesario asaltar el Inverlat porque el muy pendejo depositó los $30,000 cuando debería haber apartado un poquito para cambiarlo por unos cuantos Euros para comprar el boleto del tren de París a Parthenay (pronunciar Pagrthené) y para abonarle algo de feria al celular que ya había “bizneado”. Es frustrante llegar con 16 billetes de 200 varos y que a cambio te den 2 de 50, 4 de 20 y 2 de 10.
Aún hay que ir a hacer el último intento de conseguir el sello de la vacuna al hospital. Alegremente en este último intento el Araño sí lo consigue.
Ahora hay que cruzar el puente para ir a la universidad a ver a una amiga para despedirse, para que lo acompañe a comprar el chupe que hay que llevar a Francia y para que le ayude a llevar a la central los tiliches que aún tiene en la casa.
De vuelta en el pueblo hay que pasar a recoger los lentes y conseguir lo que falta: latitas de chiles, una bolsa de Picafresas y unas cuantas Maizenas para tener unas cuantas cenas decentes del otro lado del charco. Todo listo, ahora sólo falta pesar las maletas para que no se pasen de los 23 que permite la aerolínea (23 y 23 a la de a webo, nada de que una pesa 30 y la otra 16). Alegremente pesan 15 y 20.
Ahora y sólo falta esperar a que el que les va a dar aventón hasta el DF se comunique o se deje encontrar porque no está en su casa y trae el celular apagado.
Deja saber que está vivo a eso de las 11 de la noche. Ahora sólo resta darse un baño y tratar de dormir un poco… el siguiente será un día bastante largo.
15 minutos del jueves y el Araño está parado a la entrada del pueblo. El autobús que pasa nos e detiene y no hay ni un solo taxi. Tendrá que caminar hasta su casa, con todo y que el camino está a un lado de la nada y los bichos rastreros y los anuales abundan en la región. Mamá se cae de la cama a las 5 de la mañana y después de eso el Araño no alcanza a retomar el sueño.
Ooooootra vez hay que ir a Pachuca. Hay que pasar a asaltar el puto HSBC para pasar la feria a la cuenta de Inverlat. Operación exitosa. Ahora es necesario asaltar el Inverlat porque el muy pendejo depositó los $30,000 cuando debería haber apartado un poquito para cambiarlo por unos cuantos Euros para comprar el boleto del tren de París a Parthenay (pronunciar Pagrthené) y para abonarle algo de feria al celular que ya había “bizneado”. Es frustrante llegar con 16 billetes de 200 varos y que a cambio te den 2 de 50, 4 de 20 y 2 de 10.
Aún hay que ir a hacer el último intento de conseguir el sello de la vacuna al hospital. Alegremente en este último intento el Araño sí lo consigue.
Ahora hay que cruzar el puente para ir a la universidad a ver a una amiga para despedirse, para que lo acompañe a comprar el chupe que hay que llevar a Francia y para que le ayude a llevar a la central los tiliches que aún tiene en la casa.
De vuelta en el pueblo hay que pasar a recoger los lentes y conseguir lo que falta: latitas de chiles, una bolsa de Picafresas y unas cuantas Maizenas para tener unas cuantas cenas decentes del otro lado del charco. Todo listo, ahora sólo falta pesar las maletas para que no se pasen de los 23 que permite la aerolínea (23 y 23 a la de a webo, nada de que una pesa 30 y la otra 16). Alegremente pesan 15 y 20.
Ahora y sólo falta esperar a que el que les va a dar aventón hasta el DF se comunique o se deje encontrar porque no está en su casa y trae el celular apagado.
Deja saber que está vivo a eso de las 11 de la noche. Ahora sólo resta darse un baño y tratar de dormir un poco… el siguiente será un día bastante largo.
Continuará…
