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martes, 22 de agosto de 2006

Ingratitud

 

Pues ahí tienen que ayer iban el Araño, el Kanelo y Ramón (un cuate del salón del Kanelo) a eschar cáscara a la única canchita que hay en toda la zona y que "da servicio" a los más de 20 fraccionamientos. Regularmente iban los 5, pero el joto del Texas ya se largó de la casa, el Méndez se había ido a Tiza a dejar el vocho y el PsychoHermano del Araño ahora va a clases en la tarde.

 

El caso es que al llegar a la avenida y pasar frente a "La Placita" (una plaza donde el principal atractivo es el billar y también es de los pocos que hay en la zona) se quedaron impactados: un Chevy (sí, un Chevy es una madre, pero como el Araño es pobre cualquier coche que no sea el Datsun 70 del Kanelo se le hace chido) con las llaves pegadas a la cajuela y sin persona alguna con apariencia de ser el dueño en al menos 20 metros a la redonda.

 

Había una señora en una farmacia, le preguntaron si la nave era suya o que si conopcía al dueño... y no; el Kanelo subió al billar a preguintar si alguien era el dueño... nada; en al estética... nada; en la tienda de cosas de viejas... nada.

 

Y ahí estaba el dilema: ¿qué hacer?

¿Agarraban las llaves?

¿Se las dejaban a la ñora de la farmacia aunque hubiera el riesgo de que ella misma se chingara el coche?

¿Hacían de cuenta que no habían visto nada y dejaban la sllaves ahí para que algún wey que sí fuera gañán se chingara el coche?

 

La única opción no viable era chingarse el coche, porque aunque el Araño y el Kanelo tengan cara de ser gañanes es nada más eso, la pura apariencia.

A final de cuentas decidieron agarrar las llaves y decirle a la ñora de la farmacia que si veía al dueño le dijera que nos buscara en la cancha . Y ya estaban los 3 echando cáscara, tratando de mover la panza que había crecido después de un mes de no aparecerse por ahí.

Ya como una hora después llegó un ruco con pinta de politiquillo lameculos aspirante a la presidencia municipal del municipio más jodido del estado:

- Oigan, ¿alguien de ustedes tiene las llaves de un Chevy?

El Araño alzó la mano y se dirigió hacia la portería, que es en donde todos avientan sus llaves por lo regular. Él no escuchó, pero el Kanelo dice que el wey medio se la hizo de jamón, argumentando que "sólo había subido 5 minutos a la oficina a dejar unas cosas". El Araño regresó, le entregó als llaves y muy, muy, muuuuuuuuuuuuy a regeñadientes les dio las gracias.

 

¡Pinnnnnche chango mezquino!

¿5 minutos? ¿Qué? ¿No ha visto jamás la tele? Si Hollywood nos ha enseñado algo es que aún en Gringolandia, en el mero centro de la ciudad, a plena luz del día, con cientos de policías no tan corruptos y sin tener las llaves, tu auto puede ser robado en menos de 60 segundos. Ahora imagínense lo fácil que es chingarse un carro en México, en una colonia de clase media/baja con un módulo de vigilancia en el que con pedos hay 2 polis que casi siempre son mujeres con Tsuru como patrulla (si es que no se lo llevaron para ir por las tortas), con las putas llaves pegadas a la reputísima cajuela y además con 300 segundos de tiempo.

 

Bah... pinche gente.

Eso se sacan el Araño y sus cuates por tratar de ser gente honrada. Neta, de haber sabido que el puto chango ese se iba a poner al brinco, al menos hubieran echado a andar el carro y lo hubieran movido 2 cuadras para meterle un buen susto al muy marica y hacer que al menos por un momento sintiera que se cagaba para adentro.

 

En serio, el Araño jamás en su puta vida volverá a tratar de ser el buen samaritano que siempre ha sido. Puta gente malagradecida ¬¬

 

 

domingo, 13 de agosto de 2006

Experimentos involuntarios

Eran épocas antiguas: principios de los 90's.

Las que las Turtugas Ninja eran la mera onda entre el Araño y los demás chiquillos que estaban en la primaria, el Araño incluo tenía sus gomas de las tortugas, que por cierto no borraban, esparcían más la mancha y además se desmadraban a la segunda borrada y ya a los 3 días el juego de 4 gomas convertía a la lapicera en un hospital veterninario plagado de tortugas degolladas, partidas por la mitad... o desmembradadas en el mejor de los casos.

 

También en aquella época (aunque probablemente también en el rpesente lo sigan haciendo dado que a los libros de la SEP sólo els cambian la portada para que se vean de más caché aunque el contenido sea la misma madre de siempre), en 2° año a toda la perrada le tocaba hacer un experimento muy sencillo que consistía en remojar una tortilla, ponerla entre 2 platos desechables, dejar todo el tiliche en un lugar oscuro y esperar 3 días...

Y después de 72 horas de angustiosa espera... ¡magiaaaaaaaaa! A tu tortilla le salían manchitas verdes, rojas y negras. El famosísimo moho de la tortilla hacía su aparición en nuestras infantiles vidas.

 

¿Y a qué viene todo el rollo?

Pues resulta que en alguna ocasión, al Araño el pusieron una quesadilla para almorzar a la hora del recreo (¿Hora del recreo? Si nada más era media hora...). Él estaba más que seguro de que había echado la quesadilla con todo y bolsita a su mochila, pero por más que la buscaba en su mochila no la encontraba.

Ese día se quedó con hambre, porque la Sor Juana y el Madero que le daban no le alcanzaban para comprar en la cooperativa tantas porquerías como para llenarse, pero el caso es que sobrevivió.

 

Unas 3 semanas después, ayudándole a un amigo que era un completo asno a hacer la tarea en presencia de las mamáceses de ambos, al Araño se le cayó  una de sus gomas de Tortuga Ninja por un costado de la mochila y se fue hasta el fondo.

Al intentar sacarla tocó algo raro... un material que no correspondía a cualquier cosa que normalmente se lkleva en una mochila.

¿Adivinan qué era?

Oh, sí... era la quesadilla dentro de su bolsita, con servilleta y toda la onda... ¡pero atascada de moho a más no poder! Tanto moho que hasta se le pegó a la servilleta.

 

 

Desde ese día, ante tal contacto con un descubrimiento científico tan churrero como lo fue la penicilina, el Araño decidió convertirse en el siguiente Fleming... o al menos a poner algo de atención para no extraviar comida entre el mar de libros y libretas que llevaba a la escuela. 

 

 

jueves, 3 de agosto de 2006

Taco Town!

No teniendo nada sobre qué escribir, el Araño los deja con unos de esos comerciales cagados que hacen los gringos cabrones de Saturday Night Live.

 

El Araño debe confesar que casi casi se mea de la risa al verlo por primera vez, y ahora ustedes tiene la oportunidad de vivir la experiencia en carne propia gracias a la magia de la Interné.

 

Pizza?!  Now that's what I call taco!!