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viernes, 23 de noviembre de 2007

Pastorracho (...o Arreando Borrachos)

 

- ¿Qué onda? ¿Ya fueron a comprar el vino para al rato? El Hyper U cierra dentro de media hora, ¿eh?
- No… mejor vamos a ir al bar al que fuimos la otra vez a ver el partido de rugby

Bueno… no fue precisamente lo que habían prometido en primera instancia, pero a final de cuenta cumplieron con la amenaza de ir a chupar.
Llegaron los 4 al bar. No sabían si entrar o no, sobre todo porque en la mera entrada había cerca de 20 cabrones que ya estaban encuerando a las chavas con la mirada antes de que entraran.
Incluso Bárbara lo remarcaba
- ¡Miren nada más cómo se nos quedan mirando!
Y el Araño las cuestionaba
- Esteeeeeeeeee… ¿Seguras de que quieren entrar a este bar? ¿No prefieren ir a otro?

Como quiera que sea, a final de cuentas les valió madre y decidieron entrar, “una rapidita y nos vamos a otro bar” dijeron.
¿Una? ¿Rapidita? Quién sabe si fue por el coraje, pero terminaron echándose 3 o 4 cada una de ellas. El Araño hasta ese momento estaba todavía bien… porque no había tomado nada. Ya la semana anterior habían ido a un bar y con sólo echarse una sintió que el mundo le daba vueltas, por eso ese día nada más iba a acompañarlas para cuidarlas.

Cuando se hartaron de la cerveza, compraron una botella de Beaujolais (pronunciar Boyolé), que vienen a ser las primeras botellas de vino de la cosecha del año que ya están listas para ser ingeridas.
Ni modo… pidieron 4 copas y entonces el Araño tuvo que entrarle al quite con esa botella patrocinada por Jasmine… fue casi casi un “éntrele, no sea puto” pero en francés. Igual Bárbara patrocinó otra en nombre del Araño porque él le había regalado uno boletos de cortesía que a él le habían regalado para entrar al acuario de La Rochelle. La tercera y última fue patrocinada por todos.

Por culpa del alcohol no se dieron cuenta, pero ellos eran los más pinches escandalosos del bar y también eran los que andaban más pedos.
Igual bajo el influjo del alcohol salen las confesiones, y ahí tienen a Bárbara diciéndole a Jasmine que “como estoy borracha digo cosas que normalmente no diría, pero fíjate que Killian (su novio) les dijo a sus amigos que tú estabas bien tetona”, o bien, a Charlotte pidiéndole al Araño que le escribiera un “Fáquiu” en español y 10 minutos más tarde también un “Just kidding” en un mensaje en el celular para mandárselo a su exnovio español (aclaremos que Charlotte no se acordaba de esto a la mañana siguiente, por eso se le hizo extrañísimo encontrar un  mensaje del susodicho diciéndole “Hope you’re OK”).
Quién sabe si sería cierto, pero las chavas le dijeron al Araño que Magda les había comentado alguna vez que se veía que él iba a ser un buen esposo… el Araño no sabía si tomarlo como un cumplido o si tomarlo nada más como pura carrilla… igual le dijeron que era muy amable y educado… cosa rara, eso jamás se lo dijeron estando en México y por eso igual lo tomó como pura carrilla.

Sí… el alcohol desinhibe y por eso Jasmine se animó a echarle la parla al güero al que se había estado saboreando desde que llegaron al bar… aunque a final de cuentas no era nada de lo que ella esperaba.

Ella desilusionada y todos –en mayor o en menor medida- alcoholizados, decidieron que ya había sido suficiente por ese día y se fueron… apenas iban a dar las 12. Eso sí, había que guardar las botellas de recuerdo.

Lo malo es que no avanzaron más de 2 metros fuera del bar cuando Jasmine tuvo que sentarse en una de las sillas de afuera, puso su chamarra sobre la mesa y echó la guácara. Si eso es vergonzoso, peor aún es que un cabrón te tome una foto en ese estado. El Araño y Charlotte metieron la mano en el camino de la lente, pero aparentemente no sirvió de mucho, ya que el pelele se fue bastante satisfecho con su toma fotográfica.

Bárbara cargó con la chamarra guacareada en una mano, el Araño cargó con las botellas, y entre ambos cargaron a Jasmine.
3 cuadras adelante, Jasmine se soltó y se metió a otro bar… ¡como si no le hubiera bastado con todo lo que ya se había tomado!
El Araño no sabía ni qué putas hacer, Bárbara se quedó mirándolo  y le dijo “Haz algo, ¡eres el hombre aquí!”. S’eh… es lo único para lo que se acuerdan de que el Araño es hombre: para los problemas y las cosas peligrosas como encender el horno de la estufa.

El Araño puso las botellas en el suelo, Charlotte fue a esconderlas atrás de un registro telefónico (¿Para qué? Quién sabe… si de todas maneras 2 ya estaban vacías y la otra estaba a medias) y se metió a buscar a la otra. Quién sabe qué pendejadas andaba preguntando en la barra, pero al final le hizo caso al Araño de irse ya a dormir bajo el argumento (cierto) de que él y Bárbara trabajaban el día siguiente a las 8 de la mañana.
Y ahí iban otra vez los 4 rumbo a la casa, con las botellas en la mano y atravesando calles por lugares donde ni siquiera había cruces peatonales… al más puritito estilo chilango valemadrista, con Charlotte al frente, mandando mensajes desde el celular y dando tumbos por la calle, prácticamente caminando en zigzag.

Costó trabajo, pero pudieron subir las escaleras. Desde antes de entrar al edificio, el Araño les estuvo recordando que era mejor que no hicieran tanto ruido porque el director de la prepa vive en el mismo edificio… claro, al día siguiente ni se acordaban de eso y dicen que alguien del edificio les pidió de favor que no se pusieran a hablar por teléfono tan fuerte a medianoche en las escaleras.

A final de cuentas todos llegaron bien a su destino… las chavas incluso se encargaron de ponerle la pijama a Jasmine. La chamarra ya fue sometida a un ciclo de lavado y aparentemente está para mandarla a la basura. La media botella de Beaujolais sigue en el refri del Araño y las vacías están en su alacena.

El Araño no sabía que el alcohol fuera tan divertido… y afortunadamente las chavas coinciden con él: ¡¡HAY QUE EMPEDARSE MÁS SEGUIDO!!

martes, 20 de noviembre de 2007

...que siempre no

Jueves a mediodía durante la comida:

 

- Ah, Magda, estaba pensando que como el sábado no va a haber quién nos ayude a hacer la mudanza, podríamos pedirle a alguien que nos ayude para llevar las cosas pesadas de una vez y dejarlas en el pasillo
- Ah, sí, Bárbara… pues fíjate que ya no vamos a hacer mudanza. Ya lo pensé bien y decidí que no quiero mudarme. Estoy muy bien aquí

 

…ya se imaginarán la intensidad del retorcijón de intestinos y la jeta que hicieron las chavas (y en especial Bárbara) al enterarse de que a la mera hora Magda se había echado para atrás y que toda la vida feliz que se habían imaginado se venía abajo.

Claro… durante el resto de la puta tarde el tema de conversación fue Magda. Hasta parecía que las chavas estaban compitiendo en un concurso de a ver quién la criticaba más, le encontraba más defectos y hacía más chistes de mal gusto.

 

Ni modo. No les quedaba de otra además de resignarse… aunque amenazaron con ir a comprar un chingo de botellas de vino de esas de 1 o 2€ al Hyper U (el supermercado que está justo frente a la escuela) para ahogar sus penas en alcohol barato. Habría que ver si era cierto o si nada más era pura pinche lengua inducida por la ardidez del momento.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Borlote

Y se armó el borlote entre los asistontos… saben que sólo se tienen entre ellos porque en el pueblo no hay gente joven y aún así ya hubo pleito.

Resulta que Magda (la polaca) les reclamó de fea manera a Jasmine (la canadiense) y a Charlotte (la norirlandesa) por supuestamente haber tomado de su jabón para la ropa sin habérselo pedido, aunque ellas dicen que jamás lo tomaron.
Después de eso, el ambiente estuvo algo tenso durante un par de semanas y todo terminó serenándose.

Pero no todo tenía que ser un cuento de hadas… ya saben cómo son las viejas, les encanta andar buscando pleito y estas no son la excepción. Jasmine tiene asma y le reclamó a Magda por fumar dentro de la casa, aún si ella jamás le había dicho a Magda que eso le molestaba.

Malentendidos elevados a la n potencia que terminan en un par de viejas gritándose mutuamente, arremedos, arremedos de los arremedos, justificaciones tontas (yo tengo 21 años, puedo hacer cosas tontas si quiero, ella ya tiene 30, debería ser más madura [¿¿¿???]), mentadas de madre en inglés, francés y polaco,  y finalmente con un cambio de recámara entre Bárbara (la alemana) y Magda.

Las 2 peores cosas de este asunto es que ahora el Araño ya no tendrá nadie con quién hablar cuando esté en su cuarto (Bárbara vivía en el cuarto que está junto al de él y él no se lleva mucho con Magda)… y además tendrá que ayudarles a realizar la mudanza el sábado porque es el único hombre aquí  >___<

domingo, 4 de noviembre de 2007

Seguir a los alemanes

Pues ahí tienen que para segundo día del seminario en Poitiers, todos los asistontos tenían que ir del hostal (alias Auberge de Jeunesse) al Centro de Documentación y No Sé Qué Mamamadas.

 

Para esto había un bus del transporte público de la ciudad esperando por toda la raza afuera del hostal. Salió tarde porque siempre hay algún pendejo (más frecuentemente pendeja) que se tarda de más y hay que esperarl@. El chiste es que el bus no los íba a llevar hasta donde tenían que ir, sino que los iba a dejar frente al famoso Hôtel de Ville y los asistontos solitos tendrían que encontrar el camio.

 

Y ahi tienen que nadie sabía cómo llegar al destino final... hasta que de entre la multitud alguien mencionó "¿Alguien se acuerda de cómo llegar a donde fuimos ayer?"...

Gran error... porque ahí tienen al pendejo del Araño apuntándose: "¡Sí, yo sí me acuerdo!". Bueno... ni tan pendejo, porque a final de cuentas sí se acordó de cómo fregados llegar, lo malo fue que los llevó al lugar incorrecto. Resulta que el lugar en donde habían estado el día anterior no era el CDRP (o esa madre), sino el rectorado de la academia de Poitiers.

 

A webo... después de la pendejada todos los pendejos que lo siguieron (toooooodos los asistontos de español) le querían echar la culpa a él. Afortunadamente se les olvidó rápido porque los del rectorado llamaron rápido al CDRP para que mandaran a alguien a recoger a la bola de pendejos que se habían equivocado.

Y con la pena, pero mientras los demás ya estaban esperando que empezara la sesión, los de español apenas iban llegando.

 

Ese día el Araño aprendió una granlección: si tienes dudas pregúntales a los alemanes... ellos siempre saben a dónde ir y cómo llegar.