¡¡Acá la tortas!!

El otro día... más bien, la otra noche, ya como a las 12:30, el Chamaco vino a la AracnoCueva a ayudarle al Araño con unas cuántas líneas de código que le fallaban en el proyectito que está desarrollando para su residencia profesional. Cuando terminaron, fueron a comprar unos cigarros... el Araño salió bien pandrosote, sin peinarse, en suéter y pants... bueno, al menos el suéter es Pierre Cardin :P

Mientras el Chamaco se echaba humo como locomotora (el Araño no fuma), empezaron a recordar los viejos tiempos y por ello es que el Araño viene a contarles una historia más.

 

Hace exactamente 2 años, el Araño y sus cuates (Pao, el Chamaco y el Hombre Loba) se encontraban realizando un proyecto para su materia de ingeniería económica (situación que actualmente atraviesa su PsychoHermano).

Se supone que había que realizar el análisis de un proyecto de inversión en una empresa: tomar una máquina y decidir si se reemplazaba por una nueva, se mandaba a arreglar para que quedara bien al tiro o si se dejaba así como estaba, todo esto considerando gasto de mantenimiento, costos de operación, ingresos generados, blablablá.

En esa ocasion tuvieron la oportunidad de que los apoyaran en la empresa donde trabajaba el papá del Chamaco. Unas semanas antes, todavía en octure, habían ido a pedir los datos que necesitaban, pero aquella ocasión, en noviembre, sólo fueron de chismosos. Estaban instalando una nueva sección de la línea de producción que estaba totalmente automatizada, así, en vez de tener a 3 peleles en una máquina, necesitaban sólo a uno.

 

El caso es que habían estado trabajando todo el día en eso, y el papá del Chamaco, que era algo así como el mero mero del área de producción le dijo a "Mauricio (o sea el Chamaco), toma, ve y compra unas tortas para todos los trabajadores... tráete 50. Ve aquí frente a la Universidad, si no está abierto entonces ve a las del Seguro".

Y así el Chamaco tomó la feria, los 3 se treparon a la supernave (esa vez no iba la Loba) y fueron por las tortas. Para llegar más rápido, cortaron el trayecto por un caminoto de terracería empedrado... y claro, no podían faltar las pendejadas del Chamaco, se puso a hacer trompitos... ¡que son muy divertidos!

 

En fin... llegaron a la Universidad y sólo uno de los 3 locales de tortas estaba abierto... pero antes de pedirlas, el Chamaco ideó un plan macabrón:

- Beto

- ¿Qué pasó?

- ¿Y si nos choreamos a los weyes de las tortas?

- ¿Cómo?

- Mira... tenemos que pedir 50 tortas... quiero ver qué cara ponen los weyes cuando les digamos que queremos 20 tú, 20 yo y 10 Pao.

- No mames... no nos van a creer...

- Oh, chingá... tú déjate llevar... además, a tí sí te van a creer. Mira que esa panzota no es de a gratis...

- Chinga a tu madre ¬¬ Pero bueno, va...

 

Así, pues, los 3 se dirigieron hacia el puesto de tortas, se quedaron viendo un rato "la carta" y finalmente el Chamaco dijo

- Beto... te reto

- ¿A que?

- A que no te chingas 20 tortas

- Va, pero tú también te chingas otras 20

- Va... ¿y tú, Pao? ¿No le entras?

- Pero no con 20... ustedes porque son hombres

Y entonces, al más puro estilo de los actorcillos de RBD (o sea, lo más falsote posible), el Chamaco le respondió a Pao

- Entonces... ¿unas 10? Sí, ¿no?... 10 está bien...

Y luego se dirigió a los torteros

- Entonces... denme 50 tortas... 2 de cada una hasta acompletar las 50

- Eh... ¿es en serio?

- Sí, es en serio... mira, te las pago de una vez

 

Total... los torteros empezaron a hacer su trabajo y mientras estaban listas las tortugas, los 3 se pusieron a platicar (pendejadas, para variar). Sin embargo la situación se tornó crítica: llevaban más de una hora ahí y sólo habían salido 10 tortas. El caso es que después de como 3 horas estuvieron listas todas.

Antes de que se subieran a la nave, uno de lso torteros le dijo a los 3 locos

- Oigan... nada más un favor... si se enferman, no digan dónde las compraron...

 

¡O sea que así de culebras estaban las tortas! N'aaaaaaa... hasta eso sí estaban buenas, pero es lógico pensar que a uno le puede dar el patatuz si se empaca 20 de un jalón.

Llegaron de nuevo a la fábrica, y salió el papá del Chamaco ENCABRONADÍSIMO.

- ¿Dónde estabas?

- Pues... en las tortas

- ¿4 horas para ir por unas tortas? Mauricio... tengo a la gente allá adentro desde las 8 de la mañana y no han comido, todo porque tú te tardaste

- Pero es que los de las tortas eran bien lentos

- ¡Nada! Si yo veo que están muy lentos, agarro y mevoy a un lugar donde sean más eficientes

- Es que...

- ¡Es que nada!

 

Le entregaron las tortas al papá del Chamaco, se llevaron las que sobraron, y se fueron al Cristo Rey a ver el rancho desde lo alto... cuando llegaron al Cristo, se bajaron de la nave y se fuerona  dar la vuelta. Esa ha sido hasta ahora la única vez que el Araño ha ido hasta lo alto de ese cerro. No había ni una sola luz, estaba soplando un viento muy frío que sacudía los árboles... el panorama era tan tétrico que ya nada más faltaba que se apareciera Jason o Freddy Krueger.

De regreso, pasaron a una tienda a comprarse una Pecsi, de la Blue, que era la que estaba de moda en ese tiempo. Llegaron a una parte donde había mirador y le entraron duro a las tortas. Claro, el Araño estaba lanzando aguacatazos y jitomatazos desde lo alto, porque le castra que le pongan eso a las tortas.

 

Aunque el Araño no tenía casi nada de culpabilidad en el asunto, se sintió bastante mal por el hecho de que se calabacearon gachamente al Chamaco.

 

Moraleja: Carajo... no hay moraleja... a menos que sea "nunca hagas pendejadas cuando tu papá te mande por las tortas" o "nunca trates de timar a un tortero"...

 

Ya luego vendrá el Araño a contarles la 2a parte, que es una historia totalmente diferente.