Política vs. honestidad

Verán... la semana pasada, después de ir a comprar una impresora decente para la chamba porque las Epson nomás no pelan, el inge, terapiando al Araño como en cada viaje y ya entrados en materia de política después de ver tantos espectaculares de Montiel, Madrazo y los peleles que iban para presidentes municipales en medio Hidalgo, lo cuestionó

- A ver, mi buen Alberto... si tu fueras presidente o gobernador... ¿robarías?

 

Fue en ese preciso momento en el que el Araño se dio cuenta de que la política y la honestidad, al parecer y al menos en este país, son como el agua y el aceite.

Entonces el Araño sólo repondió

- Pues... ¡al menos intentaría no hacerlo!

 

Así pues, el Araño no dijo ni "robaría" ni "sería bien honesto", porque, aunque tal vez no le crean e incluso lo lo llamarán mamón, el Araño no tiene los suficientes para andar haciendo tranzas de ese calibre (neta... el Araño es el peor mentiroso del mundo... ¡no sabe mentir ni tantitito!), pero también es cierto que el poder corrompe.

 

En fin... el punto es que... bueno... en realidad no sólo la política no se lleva con la honestidad, sino que al parecer, la "mexicanidad" tampoco se lleva con ella.

 

A ver... el Araño intentará explicarles con peras y manzanas este punto:

¿Qué es lo que dicen todos cuando les dicen "qué harías si fueras diputado"?

¿A poco no la respuesta más común es "robar"?

 

 

¿Y entonces?

 

Si todos (o casi todos) estan (o estamos) dispuestos a robar cuanto nos sea posible mientras tengan (o tengamos) un puesto de poder... ¿por qué chingados se quejan (o nos quejamos) de que los diputados, senadores, gobernadores y demás bola de bolsones roben si los demás están (o estamos) dispuestos a hacer la misma chingadera y hacer de esto un cuento de nunca acabar?

 

¿Por qué todas las personas se quejan de los "políticos corruptos" si ellos harían lo mismo estando en el lugar de esos tipos?

 

¡Pinnnnnnnnnnche sociedad tan más contradictoria!

Ni modo... ironías de la vida.