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martes, 8 de marzo de 2011

Marketing agresivo

Vagonero

Domingo por la noche.
El Araño y su PsychoHermano regresaban después de una parrillada pasada por agua (puto cambio climático... ¿lluvias en marzo?) con sesión de baile de Kinect incluida.
El tren estaba detenido en Sevilla, cuando de repente se subió un vagonero a promocionar su producto:


"Buenas noches, señores usuarios, les traigo a la venta, es el DVD del documental 'Presunto Culpable', película polémica que fue censurada por el puto gobierno de mierda, porque no quieren que te enteres de toda la puta corrupción y de todas las mamadas que hacen los jueces y cómo están coludidos con la policía. Esa pinche policía hija de la chingada que también es bien corrupta y nada más está chingando al pueblo.
Diez pesos vale.


¿O qué? ¿No te quieres enterar?
Aquí está la información. Porque el gobierno no quiere que te enteres, por eso la censuran. ¿A poco no, joven?
Y en cambio tú, ¿qué haces? Vienes nada más en el metro y te vale madre, te haces  bien pendejo.


Ahí está la película, 'ira, p'a que la veas ahora que estos culeros ya la censuraron.
Diez pesos cuesta."


El Araño anda más venía cagándose de la risa: ¡te quejas de la corrupción del gobierno y descaradamente tú te subes a vender discos piratas! ¡Gracias a este puto gobierno corrupto del que te quejas tanto no estás pudriéndote ahora mismo en la cárcel por un delito considerado como grave!
El hermano del Araño, en cambio, venía cagándose del susto.


Alegremente el amistoso vendedor se pasó al vagón siguiente antes de que el Araño y su hermano decidieran salir al andén y esperar el tren siguiente.

Ironías de la vida que sólo ocurren en México.

martes, 1 de marzo de 2011

Tu recuerdo...


Heme aquí, esperando el próximo tren dentro de la estación de la Corova (Корова) Head... la cabeza de vaca...


Te busco entre la muchedumbre que se aglomera en el andén. Miro hacia un lado. Miro hacia el otro. Y no te puedo encontrar.
Llego a El Rosario. Veo a los gatos callejeros que hicieron de la estación su casa. Juegan, bostezan, retozan... muchos, muchos gatos, de todos los colores, grandes y pequeños... pero tú,  mi gatita, mi Coshca (Кошка), no estás ahí.


Camino por la calle y el intenso color de las flores de las bugambilias en (casi) primavera, sin motivo alguno,  me hace pensar en ti...
Me paseo por las calles del centro, veo la fachada de Bellas Artes e imagino que nuevamente estamos en aquella terraza bebiendo café y bailando al ritmo de The Color of You...


Me sigue doliendo tu partida... aunque a veces soy yo mismo quien le pone más limón a la herida.
No quiero olvidarte. Ni siquiera pretendo expulsarte de mi memoria. Sólo espero que en algún momento tu recuerdo deje de seguirme en todo momento y a todas partes.


Я скучаю по тебе


__________________________________________


Me voilà en attendant le prochain train à l'intérieur de la station de la  Corova (Корова) Head... la tête de vache...


Je te cherche parmi les gens qui se aglomérent sur le quai. Je regarde vers la droite. Je regarde vers la gauche. Et je n'arrive pas à te trouver.
J'arrive à la station El Rosario. Je vois les chats errants qui ont fait de cette station chez eux. ils jouent, ils bâillaient, ils batifolent... beaucoup, beaucoup de chats, en toutes les couleurs, grands et petits... mais toi, ma petite chatonne, ma Coshca (Кошка), tu n'est pas là.


Je marche dans la rue et l'intensité de la couleur des bougainvillées fleuries en (presque) printemps, sans aucun motif, me fait penser à toi...
Je me promène dans les rue du centre-ville , je vois la façade du Palais des Beux Arts et j'imagine qu'on est encore une fois sur cette terrace-là en buvant du café et en dansant au rhytme de The Color of You...


Il continue a me faire mal ton départ... mais c'est parfois moi même qui met du citron à la blessure.
Je ne veux pas t'oublier. Je n'ai même pas l'intention de t'effacer de ma mémoire. J'espère seulement qu'un jour ton souvenir arrêtera de me suivre tout le temps et partout.


Я скучаю по тебе

lunes, 10 de enero de 2011

Estereotipando

Andaba el otro día El Araño en el metro (con pantalones) cuando de repente se dio cuenta de que en el mismo vagón que él acababa de abordar había un grupito de vagones... o mejor dicho, de vagales, de esos pseudorockeros mugrosos de Iztapalacra con cortes de cabello malhechotes, con ropa negra con estampados de bandas de rock de región 7 y cuyo mayor logro es haber acabado el 3er año de primaria. Al Araño le gustaría poner una foto ilustrativa, pero está casi seguro de que esos primates no saben cómo usar el internet y no hay fotos de ellos y de  sus desmadres disponibles, así que ustedes disculparán.


Eran más o menos 6 o 7 tipos. El Araño luego luego pensó "Putísima madre... en cuanto arranque el tren, seguro que estos cabrones van a empezar a grafitear los vidrios y colgarse de los tubos (bueno... eso es normal... después de todo no son nada más que unos putos simios inadaptados)".


Cuál fue su sorpresa al ver que, misteriosamente, el montón de Pseudoastralopitecos venidos a menos se comportaba correctamente. En ese momento El Araño tuvo miedo... "¿Pero en qué clase de basura me he convertido? ¿Por qué estereotipé a estos individuos sin antes ver que en realidad sí saben guardar la compostura?".


Pero pronto se dio cuenta de cuál era la razón por la que los simios no se comportaban como normalmente lo hacían: había 3 policías en el vagón. Los Señores Justicia bajaron a la estación siguiente, y más pronto que de chingadazo, los orangutanes empezaron a hacer de las suyas: se treparon en los asientos, arrancaron publicidad, la tiraron por la ventanilla hacia las vías... y ni cómo hacerla de jamón: meterse en una bronca de 7 vs 1 es algo a lo que sólamente Bruce Lee o Chuck Norris (o algún pendejín pasado de copas y muy sacalepunta) estarían dispuestos a hacer.


El caso es que ese día El Araño se dio cuenta de 3 cosas:




  • Cada vez que estereotipa a alguien, está en lo correcto

  • Pronto tendrá que ir a la Delegación a tramitar su Permiso para Matar

  • En caso de que el trámite de la Licencia para Matar aún no esté disponible, tendrá que volverse Presidente y provocar una guerra más gruesa que la de Jelipe para que todos esos Ciudadaños y demás Escoria y Lastres Sociales se aniquilen entre sí... Reggaetoneros en primer lugar de ser posible

lunes, 10 de agosto de 2009

Hijo de tigre... cerdito

Andaba el Araño el sábado en el único lugar en el mundo en el que por 2 miserables y cadavez más devaluados pesos, le dan a uno el maravilloso paquete que incluye sauna, aromaterapia (basada en extracto de sudor de chivo correteado), masaje, pasaje y faje: el metro del DF.

Andaba pendejeando en el centro y tenía que dirigirse al metro Patriotismo para la reunión semanal del club de franchute, así que lo más fácil era seguirse sobre la línea azul y transbordar hacia la línea café en la estación Chabacano.
Mientras caminaba para hacer el cambio de línea, vio algo que, para variar, lo hizo emputarse de sobremanera: una chamaquita de unos 7 años depositaba delicadamente entre la pared y la escalera eléctrica el vaso que minutos atrás sirvió para contener algún alimento o bebida.

¿Y qué hacer ante tal escena? ¿A quién reclamarle? ¿A la niña para que el papá se la hiciera de jamón al Araño por andarse metiendo con alguien que no es de su tamaño? ¿O era mejor reclamarle directamente a los papás para que también terminaran haciéndosela de jamón por andarles queriendo decir cómo deben educar a sus mocosos?

Después de meditarlo por unos segundos, el Araño decidió ahcer lo más sensato: aguantarse el coraje y evitarse problemas (sí, es bien puto, ¿y?).

En fin... pinche gentuza mierdera. Se quejan de que cada pinche año se inunda su puta colonia jodida y "las autoridades no hacen nada", pero siguen tirando basura en la calle. Se quejan de que la educación en el país está de las 10,000 chingadas pero siguen votando por el PRI y/o por la sucursal manejada por la Miss Elba Esther. Y le echan la culpa de la mediocridad, estupidez y desobediencia de sus mocosos al sistema educativo porque es más fácil que aceptar que son un puto asco como padres.

A esa edad, los niños están 6 horas en la escuela... el resto del tiempo (incluyendo vacaciones y fines de semana) lo pasan en la casa.
¿Dónde se forman realmente esos niños como personas? ¿De quién es realmente la culpa?

Tal vez en cualquier otro lugar del mundo la respuesta sería obvia... pero vamos, estamos en México, y aquí al realidad tiene una mirada completamente distinta... es tan común el irs epor la fácil que, por más que sea evidente que no es correcto, aquí la culpa siempre será de la escuela.

viernes, 26 de junio de 2009

Lo que la epidemia nos dejó


¿Qué aprendimos de la epidemia? ¿Qué nos dejó el haber pasado por una situación sanitaria tan crítica como esta?
El Araño les va a dar la respuesta correcta: NO APRENDIMOS ABSOLUTAMENTE NI MERGA.

A partir de de ahora tendremos que aprender a convivir con el bicho, pero lastimosamente el Araño ve a diario que en el metro, en la micro o en donde sea, la pinche gentuza esta se toma tooooooooodo el puto tiempo del mundo para comenzar a gritar "¡¡¡Aaaaa... aaaaaa... aaaaa... chúúúúúúúúúúúú!!!"  de la manera más exagerada posible pero no se tapan el puto hocico para no andar salpicando a los demás, y los pocos que se toman la molestia de tapárselo lo hacen con las manos, todo esto a pesar de la campaña de información que hubo durante la parte más gruesa de la epidemia, con todo y que el anuncio que hablaba sobre esta parte era hasta cierto punto grotesco (el del wey que estornuda, se tapa con las manos y anda dejando bichos por todos lados, hasta se ven las gotas de saliva que salen volando hacia el pasamanos de la micro, ¿lo recuerdan?).

El caso es que si vuelve a suceder algo como esto, volveremos a pasar por las mismas estupideces: pendejos diciéndote que todo es una farsa; pendejos diciéndote que conocen al primo del cuñado del compadre del nieto del sobrino del pendejo de la tiendita, quien es doctor en un hospital de esos chipocludos y que dice que todo lo que dicen en la tele es falso, que en realidad la situación todo está muchísimo más cabrona, que nada más en ese hospital hay como 2000 infectados y 400 muertos; estafadores hijueputas queriendo vender vacunas contra el nuevo bicho y pendejos creyéndosela; pendejos sugiriéndote que hiervas el agua embotellada, la Coca-Cola y hasta el pan y los calzones de ser posible; pendejos contribuyendo a la campaña de desinformación mandándote primero un mail con una teoría conspirativa y que 5 minutos después están mandándote otro con las precauciones a tomar "por si las moscas"; pendejos con conocimientos nulos en medicina que se toman una Aspirina y una Coca-Cola para aliviar el dolor de cabeza, el dolor muscular, la gripe normalita, los bajones de presión arterial y hasta para curar la conjuntivitis y el SIDA que cuestionaban a la Secretaría de Salud acerca de cómo podía ser posible que ya tuvieran un medicamento contra un virus desconocido; pendejos quejándose de que todo fue una exageración pero se hubieran quejado amargamente de la incompetencia del gobierno en caso de que su rechingada madre se hubiera muerto.

¿Saben?... ojalá vuelva a suceder. Ojalá que para la próxima sea algo más grave. Ojalá que para la próxima sea la gripe aviar... o el ébola... o ambas enfermedades. Ojalá que para la próxima sí aprendamos algo. OJALÁ QUE PARA LA PRÓXIMA SÍ SE MUERAN TODOS.

martes, 26 de mayo de 2009

Sobreviviendo

Viernes por la tarde... no está escrito, pero ése día es casi obligatorio fugarse temprano del trabajo.

El Araño iba de retache hacia la casa... bueno... en realidad iba a ver a una amiga. Tomó el emtro en Coyoacán como de costumbre. Llegó al metro Juárez, bajaron los que pudieron que bajar, subieron los que pudieron subir, se cerraron las puertas y el tren arrancó de nuevo. Apenas iban agarrando un poquito de velocidad cuando de repente ¡zaz!, el tren se frenó de sopetón.

En la puerta que estaba antes de la de donde se encontraba el Araño pero del lado que da hacia el andén (el Araño tiene la costumbre de irse recargando en la puerta que está del lado que cais nunca se abre) salieron un chorro de chispas y algo de humo...
Las ñoras, como ya es costumbre, ya se andaban friqueando.
De repente salieron más chispas y más humo. Las ñoras ahora sí estaban al borde del pánico... porque si se ponen como pinches locas cuando tienen que bajar y se ponen a gritar "¡¡¡¡dejen salir!!!! ¡¡¡¡dejen salir!!!!", ya s epueden imaginar cómo s eponen cuando están a punto de morir achicharradas por un despefecto eléctrico.

Varios chavos de lso que también iban en el vagón se pusieron a tranquilizarlas, pero después de la tercera explosión decidieron que "lo más mejor" era salir de ahí, así que abrieron las puertas a la fuerza, todos bajaron y se alejaron. Hicieron lo mismo en casi todos los demás vagones, excepto, claro está, los 2 que ya habían ingresado al túnel.

Hubo algunos segundos de desconcierto... ya etsaba sonando la alarmita que activan cuando el tren va a arrancar, así que algunos (el Araño incluido) se volvieron a trepar. Poco les duró el gusto porque pasó un poli a bajarlos a todos y, textual y literalmente los mandaó a la calle: "Ándenle, a la calle, a la calle. Se va a usspender el servicio en toda la línea, todos a la calle".

Y ni modo... asustados y toda la cosa, todos tuvieron que caminar hasta el metro Hidalgo, que afortnadamente queda cerquita, para ahí treparse a la línea azul.

Epidemia, accidente de metro y 2 temblores... el Araño ya puede considerarse afortunado, ¿no?

viernes, 14 de noviembre de 2008

Metroatasco

El Araño está cada vez más harto... pero no del metro, sino de los usuarios.
Es cagante que el metro tenga que estar detenido 4 minutos en la
estación cuando las puertas no cierran porque ciertos australopitecos
urbanos intentan meterse a la de a webo aunque ya no haya espacio y
tengan 4/3 (sí, 4/3 y no 3/4) del cuerpo fuera del vagón.

Para evitar que esta subespecie siga haciendo estas pendejadas y
retrasando el servicio del metro (cosa particularmente importante para
la gente que va hasta el final de la línea), el Araño propone 2
soluciones:

- Hacer el intento de cerrar las puertas sólo 2 veces, y si no
cerraron, a la merga, arrancarse con las pinches puertas abiertas. Si
alguien cae en las vías ya ni pedo, al fin que si algo sobra en este
lugar es gente inconsciente.

- Retirar los empaques de goma de las puertas y en su lugar instalar
cuchillas, así ya nadie intentaría subirse a la fuerza y aquellos
quienes osaran intentarlo serían partidos por la mitad, decapitados,
amputados o, ya de perdida, mutilados.


También existe otra subespecie de simios que creen estar hechos de
plasma o algún otro material similar, ya que apenas entran al vagón, se
quedan parados en la puta puerta como si no estorbaran y encima se
encabronan si los golpeas sin querer al tratar de entrar. Por si fuera
poco, no saben leer o se confunden en cuanto al significado de las
palabras, porque en lugar de "Antes de entrar permita salir" parece que
les dicen "Métase antes de que los demás jueputas se bajen".
Pero si hay algo que ne serio le caga al Araño es que esta pinche
gentuza se queje del servicio del metro cuando ellos mismos avientan
botellas, servilletas y demás pendajadas a las vías. No es mamada, el
otro día el Araño contó nada más y nada menos que 14 botellas de
refresco y/o agua en las vías del metro Deportivo 18 de Marzo,
incluidos 2 hermosos ejemplares de litro y medio. Háganle el
chinnnnnngado favor al Araño.

A las rucas locas que empujan a medio mundo para tartar de apañar el
asiento vacío, a los que se cuelan sin pagar y a los pinches
inadaptados sociales que rayan los vidrios con sus tags pendejos ya
mejor ni los mencionamos.

Por cierto, pinchi Marce, no me otra vez vengas con la pendejada de "el metro de París es más fácil de usar" :P

sábado, 13 de septiembre de 2008

Naco-cel

El Araño está cada vez más convencido de que Dios no sólamente no lo quiere, sino que lo odia.
¿Quieren pruebas? Aquí las tienen:

1. Les da a los nacos de este país el dinero suficiente para comprar un celular con bocina integrada.
2. Les da acceso a una PC.
3. Les da los conocimientos necesarios para transferir archivos mp3 de la PC al celular.
4. Les da 50 pesos pera comprar el cable de datos pero no les da otros 50 para que compren los malditos audífonos.
5. No los ilumina un poco para incitarlos a meter rolas medianamente decentes en la memoria del celular.

¿Y por qué el reclamo amargo acerca de todo esto? Pues porque el Araño ya está hasta la coronilla de que a cuanto camión, micro o vagón de metro al que se sube, siempre encuentra a algún naco hijueputa que trae su celular sonando "a todo volumen" el naco-hit del momento en su puñetero celular, cuya bocina hace que la voz de cualquier cantante suene como si estuviera utilizando unos calzones 3 tallas más pequeños de lo que deberían y le apretaran las bolas... partamos de la premisa que los cantantes que escuchan ya son de entrada bastante malitos, si a eso le agregamos un sonido de calidad mediocre obtenemos un insulto total que atenta contra los oídos de cualquier persona que se jacte de tener un gusto musical medianamente decente y que puede hacer que Beethoven o el propio Luis Miguel estén revolcándose en sus respectivas tumbas.

Peor aún, a veces hay 2 o más de estos arremedos de hombre de Neanderthal que se ponen a echar competencias... aunque hasta este momento el Araño ignora si el objetivo es ver quién tiene el celular que suena más "juerte" o ver quién tiene las rolas más nacas.

Dicho sea de paso, los precios de estos aparatejos del demonio han bajado mucho, lo irónico del asunto es que aún así hay gente (gentuza...) que se salta el torniquete para no pagar los 2 putos y miserables pesos que cuesta el boleto del metro pero eso sí, traen en el bolsillo el iPhone (en 3G, claro está), alguno de los de Motorola (a quienes ya se les hizo vicio -y creen que es chido- eso de bautizar a sus aparatejos con nombres sin vocales) o el nefasto Chocolate de LG (que de acuerdo a esta gentuza y a sus hocicos se pronuncia Chocolate en español y LG en inglés).

En fin... qué le vamos a hacer si Dios no nos ayuda.
Bienvenido a México... bienvenido a la realidad... otra vez.

 

lunes, 7 de enero de 2008

Metrifulca

 

Hay una estación en el metro de París que tiene una decoración en el techo (algo blanco, por cierto) hecha con mosaiquitos. Está bastante mono (¿me prestas $20?) el asunto, así que las chavas decidieron que valía la pena gastar unos cuantos megabytes de las memorias de sus cámaras digitales y tomar un par de fotos.

Tal vez sea por el hecho de que en el DF no hay banquitas ni barditas para sentarse mientras uno espera a que pase el metro, pero en París (aghhhhhhhh…. pinche París chaqueto) sí, y las hay a lo largo de todo el andén y dejan que los vagos DUERMAN ahí… cosa que el Araño JAMÁS ha visto en lugares “incivilizados” como México. Allá, si bien les va, los vagos duermen junto a la reja que está entre las escaleras y la entrada al metro, pero NUNCA en el andén.

El caso es que esa noche había ahí un puto vago de esos, comiendo pistaches (o alguna cosa así porque en el piso había un montón de cascaritas) y tomando vino.
Sí, aunque seas un vago, en lugares “incivilizados” como México está mal visto que te andes paseando con un pomo por la calle, en cambio, en París (pinche París chaqueto…) es un asunto que los tiene sin cuidado.

Las chavas comenzaron a tomar fotos de los decorados del metro… y al parecer fue algo que al pinche vago no le agradó. Empezó a mirarlas feo y gritarles groserías… o intentos de groserías, porque de lo borracho o gangoso que estaba apenas se le entendían 2 que 3 palabras mal pronunciadas… “salopa” en lugar de “salope” (pronunciar “salóp”) fue la más clara.

Todos decidieron simplemente ignorarlo, aunque el joto del Poncho se puso dizque a hacer la traducción diciendo puras mamadas… y los demás cagándose de la risa.
Puede que el vago se la haya tomado personal por lo de las risas, así que en una de esas se levantó encabronadísimo de su asiento. Se le notaba en los ojos. Se acercó, pasó por detrás del Araño. El joto del poncho estaba apañadísimo, se agarraba del asiento con las uñas y hasta con las nalgas.  El Araño no volteó a ver, pero el vago se detuvo entre él  y una de las chavas. De buenas a primeras y sin decir “agua va”, el vago empujó al Araño hacia un lado.

Para ese momento el Poncho ya se había cagado en los calzones, las chavas estaban más pálidas que un chino y el Araño tenía ganas de que alguien los demás le ayudaran a echarle montón al puto vago para meterle la madriza de su vida.

No pasó a mayores. El vago se alejó gritando (¿balbuceando?) mamada y media, el Araño se quedó con las ganas de repartir porrazos y los demás se quedaron con el susto.
Llegó el metro, se subieron, el vago regresó a su asiento en el andén y el Araño le rayó la madre desde la ventana… pero el cabrón vago ni tinta se dio.

Ese día las chavas aprendieron que ir con el Poncho no garantiza que vayan a estar seguras en las calles de París.