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jueves, 10 de febrero de 2011

Felicidad

Felicidad

Quién sabe por qué, pero el otro día Ricardo le mandó al Araño un link para leer en un blogun supuesto Decálogo de la Felicidad atribuido a Tolstoi (ayyyy... Rusia otra vez... Dime, Dios, ¿qué he hecho yo para merecer esto? :P).


El decálogo reza así:


 




  1. Levántate temprano (cinco de la mañana)

  2. Ve a la cama temprano (nueve o diez de la noche)

  3. Come poco y evita los dulces

  4. Trata de hacerlo todo por ti mismo

  5. Ten una meta para tu vida entera, una meta para una fracción de tu vida, una meta para un periodo más corto, una meta para un año, una meta para un mes, una meta para cada semana, una meta para cada día, una meta para cada hora y para cada minuto y sacrifica la meta menos importante a la mayor

  6. Mantente alejado de las mujeres

  7. Mata el deseo trabajando

  8. Sé bueno, pero trata de que nadie lo sepa

  9. Siempre vive gastando menos de lo que deberías

  10. No cambies nada en tu estilo de vida aún cuando te vuelvas diez veces más rico


Después de leerlo llegaron a una conclusión... en el punto 9 la llevan bien... ¡pero con el punto 6  la llevan de pocamadre!

martes, 1 de febrero de 2011

Quincena

[caption id="" align="alignleft" width="232" caption="Deudas"]Deudas[/caption]

En  serio que El Araño no sabe qué es lo que le hace la gente al dinero aparte de gastarlo a lo pendejo y en pendejadas, y  no sólo en este trabajo sino en todos los que ha tenido.


Parece que cada vez que les pagan ya están empezando a contar cuántos días faltan para que  les vuelvan a pagar y es francamente castroso.


El ritual siempre comienza antes de que llegue el día: parece que la mayor duda existencial que estos pendejines tienen es si van a pagar el viernes o si se la van a tener que pelar y aguantarse hasta el lunes. Si pagan hasta el lunes se quejan porque van a tener que pasar "demasiado tiempo" sin dinero. Si pagan el viernes se quejan porque van a tener que hallar la manera de sobrevivir con ese dinero durante 3 fines de semana. E independientemente del día en que paguen, siempre se quejan porque el depósito no cae antes de las 4 de la tarde, se ponen a especular acerca de cómo funciona el sistema del banco, si no irá a reventar porque todas las transferencias de todos los empleados de todas las empresas del puto país se realizan por lote al mismo tiempo... y tampoco falta el pendejín que se la pasa picándole al F5 a la página web del banco cada 3 putos segundos (como si el hecho de actualizar la página fuera a hacer que el depósito se registre más rápidamente) nada más para decirles a los demás "no sé a ustedes, pero a mí ya me cayó mi quincena".


Pinche jodidez. Aprendan del Araño. Apenas el domingo fue a ver si ya le habían depositado lo de la primera quincena de enero. No, no es que el cabrón sea rico (está rico, pero no es rico), el truco es saber administrarse... ¿pero para qué se pone a hablarles de eso si de todas maneras les va a valer bien mergas?


Por cierto, El Araño les recuerda que faltan 14 putos días para que vuelvan a pagar (hasta el martes a eso de las 4 de la tarde) y con lo que les depositaron ayer van a tener que sobrevivir durante 2 fines de semana. A ver si no tienen que ir a empeñar los regalos que recibieron en Navidad, el reloj, el perico y hasta las nalgas :)


¡Feliz quincena! (mientras les dure).

lunes, 10 de enero de 2011

Estereotipando

Andaba el otro día El Araño en el metro (con pantalones) cuando de repente se dio cuenta de que en el mismo vagón que él acababa de abordar había un grupito de vagones... o mejor dicho, de vagales, de esos pseudorockeros mugrosos de Iztapalacra con cortes de cabello malhechotes, con ropa negra con estampados de bandas de rock de región 7 y cuyo mayor logro es haber acabado el 3er año de primaria. Al Araño le gustaría poner una foto ilustrativa, pero está casi seguro de que esos primates no saben cómo usar el internet y no hay fotos de ellos y de  sus desmadres disponibles, así que ustedes disculparán.


Eran más o menos 6 o 7 tipos. El Araño luego luego pensó "Putísima madre... en cuanto arranque el tren, seguro que estos cabrones van a empezar a grafitear los vidrios y colgarse de los tubos (bueno... eso es normal... después de todo no son nada más que unos putos simios inadaptados)".


Cuál fue su sorpresa al ver que, misteriosamente, el montón de Pseudoastralopitecos venidos a menos se comportaba correctamente. En ese momento El Araño tuvo miedo... "¿Pero en qué clase de basura me he convertido? ¿Por qué estereotipé a estos individuos sin antes ver que en realidad sí saben guardar la compostura?".


Pero pronto se dio cuenta de cuál era la razón por la que los simios no se comportaban como normalmente lo hacían: había 3 policías en el vagón. Los Señores Justicia bajaron a la estación siguiente, y más pronto que de chingadazo, los orangutanes empezaron a hacer de las suyas: se treparon en los asientos, arrancaron publicidad, la tiraron por la ventanilla hacia las vías... y ni cómo hacerla de jamón: meterse en una bronca de 7 vs 1 es algo a lo que sólamente Bruce Lee o Chuck Norris (o algún pendejín pasado de copas y muy sacalepunta) estarían dispuestos a hacer.


El caso es que ese día El Araño se dio cuenta de 3 cosas:




  • Cada vez que estereotipa a alguien, está en lo correcto

  • Pronto tendrá que ir a la Delegación a tramitar su Permiso para Matar

  • En caso de que el trámite de la Licencia para Matar aún no esté disponible, tendrá que volverse Presidente y provocar una guerra más gruesa que la de Jelipe para que todos esos Ciudadaños y demás Escoria y Lastres Sociales se aniquilen entre sí... Reggaetoneros en primer lugar de ser posible

viernes, 31 de diciembre de 2010

Rituales (el refrito)

No teniendo nada nuevo que contar, el Araño se ve en la necesidad de reciclar un choro de hace como 5 años.
Difruten:


Faltan unas cuantas horas para que se termine el año y para que en consecuencia ocurra lo que le caga al Araño cada año.


Y es que ya es tradición que toooooooodos los pinches programas de revista matutinos, piteros todos ellos en mayor o en menor grado, empiecen a sacar a alguna de sus reporteritas novatas con un "Súper reportaje" sobre la misma temática mierda de cada año...
"Y quédese con nosotros aquí en -Inserte nombre del programa aquí-, al volver le diremos cuáles son los rituales que debe realizar para que este año nuevo no le hagan falta salud, dinero y amor".


Neta, desde que el Araño tiene uso de razón, cada año es la misma chingadera, con los mismos rituales chaqueteros y con uno que otro de Samira, Madame Zuzú o cualquier otro charlatán que requiere de mayor elaboración, incluyendo tripas de tlacuache, hojas de la flor mística que crece cada 100 años en el cráter del Popocatépetl y un mechón del pelo de Ricky Martin o de cualquier otro personaje satánico cuando era niño.


Tanto chingan con esas mamadas que el Araño ya se las sabe de memoria:


1. Dense un regaderazo a las 12 de la noche para que se les caiga la costra de mugre y se vaya la mala vibra (¡Ja! ¡Mis webos!).
2. Usen unos calzones rojos, o unos amarilos... o los rojos encima de los amarillos para que no les hagan falta ni el varo ni el amor.
3. Agarren un par de maletas y salgan de pinches ridículos a darle una vuelta  a la cuadra para que este año no les vayan a faltar los viajes... al menos viajarán al panteón cuando un cabrón borracho les meta un plomazo por andar corriendo como desquiciado por la colonia a las 12 dela noche, pero seguro que viajarán.
4. Pónganse de espaldas a la puerta de su casa, tomen un puñado de monedas o de frijoles o de lo que tengan a la mano y aviéntenlo hacia el interior de la casa. Eso es para que no les haga falta el dinero... aunque el Araño recomienda que mejor se pongan a trabajar y se dejen de pendejadas.
5. Agarren la escoba y saquen el polvo de la casa. Este proceso normalmente sólo sirve para que la casa no se vea tan pinche puerca, pero si lo hacen a las 12 de la noche en el último día del año sirve para deshacerse de la mala vibra... mágico, ¿no?
6. Cómanse una uva por cada una de las 12 campanadas y pidan un deseo... eso también es mágico.


Lo más calabaza es que todo lo tiene que hacer uno a la misma pnchurrienta hora... así pues, empáquense 12 uvas mientras barren la casa despues de haber aventado las monedas mientras corren por la cuadra con un par de maletas totalmente enjabonados con una manguera en la cabeza y en calzoncillos... tal vez así dé resultado.


Ay, pinche gente... ¡Ya pónganse a trabajar y a ahorrar en vez de estar haciendo pendejadas, por Dios!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

miércoles, 24 de noviembre de 2010

A ti...


Un año entero sin escribir.. pero hoy tengo motivos de sobra para hacerlo.


¿Cómo estás?

No puedo creer que te vi por última vez hace casi 3 meses y, peor aún, hace 2 que ya no me escribes.

¿Sabes? Hay una canción que me gusta mucho. La idea principal de la canción es “quiero que seas feliz… aunque no sea conmigo”.


Hace mucho tiempo, cuando salió esta canción, yo pensaba “¡¡¡Ah, vengaaaaaa!!!! ¡Eso es imposible! ¡Qué falsedad! ¡Estoy bien seguro de que cuando tu novia te deja, lo único que quieres es que se muera!!”

Bueno… eso fue hace como 10 años, así que yo tenía unos 17 en aquella época. Adolescente al fin y al cabo.

Como quiera que sea, ahora me doy cuenta de que el tipo que escribió la canción realmente tenía razón.


Quiero que sepas que realmente disfrute todos y cada uno de los minutos que compartí junto a ti.

Tú me hiciste sentir por primera vez lo que es la felicidad y es por eso que no puedo desearte nada más que lo mejor… y además, creo que es la primera vez que alguien que no es mi mamá me dice que soy un niño bueno y guapo :)


Tú sabes bien que soy un negado en el tema de relaciones humana. Por eso le pregunté a una amiga su opinión.

Ella me dijo qué fue lo que probablemente hice mal y por qué estás reaccionando de esa manera.

A veces es necesario aprender las cosas a la mala. Qué desgracia que haya sido contigo.


Te mentiría si te dijera que no me duele. Te mentiría si te dijera que no extraño tus labios, tus besos, tu sonrisa, tu calor...me duele mucho, pero aún así estoy convencido de que es major estra cayendo de esta manera que jamás haber tenido la oportunidad de volar junto a ti, aunque sólo haya sido por un breve lapso.


Mantengo lo que te dije la última vez: te ofrezco mis más sinceras disculpas sin en algún momento te hice sentir incómoda y estaría muy feliz si pudiéramos volver a ser amigos como antes lo fuimos.

Creo que me conoces bastante bien y sabes que te lo digo con el corazón.

Por favor, quiero que sepas que SIEMPRE puedes contra conmigo.


Espero que te encuentres bien dondequiera que estés.


-JA-

martes, 24 de noviembre de 2009

Vacío

La cita estaba dada: 2 de  la tarde en el malecón.
Se bañó y se perfumó. Eligió ponerse el traje blanco de lino, la camisa de franjas verticales en tonalidades rosas y naranjas  que tanto le gustaba y los nuevos zapatos Pikolinos que había comprado para la ocasión.
Era un día soleado como pocos había en ese rincón escondido del norte de Canadá, hasta parecía una calca del verano veracruzano.
Tomó la bicicleta, atravesó la ciudad y llegó hasta el punto acordado. Estaba más que ansioso de volver a verla porque año y medio se dice fácil pero soportarlo no lo es tanto. 

Y ahí estaba ella... tan radiante como siempre. Los cálidos rayos del sol se reflejaban en sus verdes ojos y sus cabellos dorados se mecían ligeramente al vaivén de la brisa marina, a veces cubriendo el girasol que llevaba junto a la oreja... "con ese vestido blanco parecía una acuarela de Marie Laurencin".

En ese momento,  ella y sus padres estaban a punto de comenzar con el ritual tradicional de su tierra para rendir homenaje a la abuela, quien había fallecido recientemente. El ritual era algo complicado: previamente a la ceremonia era necesario hornear 20 trozos rectangulares de pastel de chocolate de 3m de ancho por 1m de largo y otras 20 placas de "cristal de azúcar" como el que se usa en las películas para crear cristales falsos. Había que formar con ellos una especie de banqueta colocando una placa de azúcar sobre cada placa de pastel.

Una vez lista la banqueta, en una pequeña olla se encendía el incienso ceremonial, se colocaba una tapa, y al dejar escapar la primera fumarola un grupo de música andina comenaba a tocar las kenas.
La familia se dirigió hacia el inicio de la banqueta. Ella iba por delante. En sus manos llevaba una canasta llena de pétalos de margarita, y mientras ella los lanzaba, sus padres, agachados, colocaban pequeños montoncitos de helado de coco, los cuales decoraban con una cereza.

Una vez llegando al final del camino la música se detuvo y uno de los músicos proporcionó un cuchillo a cada miembro de la familia. Comenzaron a cortar en pedazos la "banqueta ceremonial" y comenzaron a repartirlos entre los asistentes y los curiosos que pasaban. No hubo platos ni cubiertos. Todos comían con las manos y la capa de azúcar hacía la función de plato.

"Qué cosa tan extraña..." pensaba él... aunque luego reflexionó y se dio cuenta de que era un poco irónico que lo dijera alguien que venía de un país donde, después de la Navidad, el Día de Muertos es la festividad más importante.
Él observaba todo desde la barda que dividía la carretera y la parte peatonal del malecón. Esperó a que todo hubiera concluido para bajar.

Y ahí estaban... 18 meses depués finalmente estaban uno frente al otro. Se miraron fijamente a los ojos, sobre sus rostros se dibujaba una enorme sonrisa y por un momento el tiempo pareció detenerse.
De repente ella sacó de quién sabe dónde una pequeña caja de madera, pintada de rojo con decorados dorados. Una pequeña nota la acompañaba.
Él la leyó... alzó la mirada... y fue como si se hubieran puesto de acuerdo anteriormente, se abrazaron fuertemente y comenzaron a llorar sobre el hombro del otro. Por la cabeza de él sólo pasaba una idea: no volver a dejarla irse nuevamente. ¿Qué decía la nota? No lo recuerda, pero le llegó al corazón.

De repente se escuchó un estallido tremendo. Él volteó rápidamente... y se percató de que el ruido había sido provocado por la televisión, la cual se había caído del mueble. ¿Que cómo fue que se cayó? Bien, pues el mueble era una caja de cartón...
¡¡Momeeeeeento, momeeeeeeento!!... ¿Televisión? ¿Qué hora es? ¿Cómo que las 2 de la mañana? ¿Y ése ruido? ¿Circuito Interior?

¡¡Aghhhhhhhhhhh!! ¡Mierda! ¡Sueños! ¡Sólo sueños! ¡Eso no fue realidad!
¡Maldita mente! ¡Maldita distancia! ¡Malditas, malditas, malditas!

¿Y ahora? ¿Cómo superar esta sensación de vacío?

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Vide

Le rendez-vous était déjà donné: 14h au port.
Il s'est lavé et parfumé. Il avait decidé de porter le costume blanc en lin, la chemise aux lignes verticales en tonalités roses et organges qu'il aimait y les nouvelles chaussures Pikolinos qu'il avait achetées pour l'occasion.
Le jour était vraiment ensoleillé, une chose très rare dans ce petit coin caché du nord du Canada, ça avait plutôt l'air d'être une copie de l'été à Veracruz.
Il a pris le vélo et a traversé la ville jusqu'à arriver au point accordé. Il était très inquiété de la revoir, car un an et demi c'est facile à dire, mais le tenir c'est décidément plus compliqué.

Elle était là... aussi radiante que d'habitude. Les rayons du soleil se reflétaient sur ses yeux verts, et ses cheveux dorés se berçaient doucement au rhytme de la brise de la mer, parfois en cachant le tournesol qu'elle avait juste à côté de l'oreille... bref, "avec cette robe blanche-là elle ressemblait une aquarelle de Marie Laurencin".

À cet instant-là,  elle et ses parents étaient par commencer le rite traditionel de chez eux pour rendre hommage à la grende-mère, qui était morte récemment. Le rite était un peu compliqué: avant la cérémonie il falait cuisiner 20 morceaux rectangulaires de gâteau au chocolat de 3m de largueur par 1m de longueur et encore 20 plaques de "cristal au sucre", comme celui qu'on utilise dans  les films pour créer des faux cristaux. Il fallait former une sorte de trotoir en colloquant une plaque de sucre sur chaque plaque de gâteau.

Quand le trotoir était prêt, on allumait l'encens dans une petite cacerole, on mettait le couvercle pour un instant, et après laisser échaper la première fumerolle, un groupe de musique des Andes commençait jouer des kenas.
La famille s'est dirigée vers le trotoir. Elle marchait par devant. Elle portait dans ses mains un panier avec des pétales de marguerite. Pendant qu'elle les jetait sur l'air, ses parents colloquaient des petits tas de glâce au noix de coco et les décoraient avec une cérise.

Étant arrivés à la fin du chemin, la musique s'est arrêtée et l'un des musiciens s'est approché de la famille. Il a donné un couteau à chaqu'un. Ils ont commencé couper en petits morceaux le "trotoir cérémoniel" et les ont distribué entre les invités et les curieux qui passaient par la rue. Il n'y avait pas ni des assiettes ni des couverts. Tous mangeaient en utilisant les mains et ons e servait de la plaque en sucre comme si c'était une assiette.

"Que c'est bizarre..." pensait-il... mais il a réfléchi un peu et s'est rendu compte que c'était un peu ironique d'entendre ces mots de la part de quelqu'un qui vient d'un pays où c'est la Toussaint la fête la plus importante seulement après le Noël.
Il observait depuis la grille qui divisait la route et la partie piétonne du port. Il a attendu jusqu'à quand tout était fini pour descendre.

Et ils étaient là... 18 mois après ils étaient l'un devant l'autre. Ils se sont fixement regardés aux yeux, sur leurs visages on voyait un énorme sourire et pour un instant ils ont eu l'impression que le le temps s'était arrêté.
Soudain, elle a sorti d'où on ne sait pas une petite boîte en bois, toute rouge, avec des décorations dorées. Un petit mot y était attaché.
Il l'a lu... il a haussé son regard... et comme s'il s'étaient mis d'accord à l'avance, ils se sont fortement serrés dans leurs bras et ont commencé pleurer. Dans la tête, il ne pensait qu'à ne plus la laisser partir... jamais. Que disait-il le petit mot? Il ne s'en souvient pas, mais ça lui a touché le coeur.

Soudain il y a eu un grand éclat, Il s'est rapidement tourné... et s'et rendu compte que le bruit avait été provoqué par la télé, laquelle était tombé du meuble. Comment ça? Ben... le meuble était une boîte en carton...
Un momeeeeeent, un momeeeeeeent!!... La télé? Quelle heure est-il? 2h du matin? Et ce bruit? C'est le boulevard?

Aghhhhhhhhhhh!! Meeeeeeeerde! Des rêves! Rien que des rêves! Ça n'a pas été réel!
Putain d'esprit! Putain de distance! Je vous haïs, je vous haïs, je vous haïs!

Et maintenant? Quoi faire avec cette sensation de vide?